Velo Capilla: es el velo tradicional por excelencia, de un largo un poco mayor a la cola del vestido pero sin sobrepasarlo en exceso. Quedan preciosos cuando llevas un recogido y cae encima de este. 

Velo Mantilla: lo más característico de este tipo de velos es, lógicamente, su bordado o encaje. Puede ser solo en el borde del velo o ser por completo de encaje. normalmente no es muy largo, mas o menos a la altura de la cadera o cintura, además existe una variación que se denomina el velo pirata que cubre la cabeza.

Velo Corto: una opción muy elegante, cómodo e ideal para un vestido escotado es el velo corto que no supera la linea de los hombros. Normalmente llevan un broche de adorno del que cae el velo encima del rostro. Sin duda uno de mis favoritos.

Velo Francés: muy original y para novias atrevidas, suele ir con una red o malla que sale de una diadema o tocado. Tampoco supera la altura de los hombros y es una opción perfecta para vestidos cortos, muy años 20.

Velo puntas a los codos: Como su propio nombre india es aquel velo que no superalos codos y queda a la altura de la cintura. Puede ser de una o dos capas y es perfecto para rostros ovalados.

Velo puntas a los dedos: igual que el anterior pero de mayor largura, en este caso hasta la cadera. Puede llevar hasta tres capas y que una de ellas caiga por el rostro para después despejarlo. Una buena opción si no quieres llevarlo largo.

Velo Vals: es aquel que tiene una altura entre las rodillas y los tobillos. Es ideal para vestidos sin cola que sean rectos, así darás el volumen que le falte a la parte trasera del vestido. 

Velo tipo fuente: cae por el rostro formando hondas a los laterales, es un velo muy romántico que combinado con una corona de flores da un aspecto delicado y sutil. Si tu vestido es de estilo romántico esta es una opción perfecta.

Hasta aquí el post de hoy, ten en cuenta tanto el vestido como el peinado a la hora de elegir el tipo de velo, tienes infinidad de posibilidades y seguro que hay una perfecta para ti.